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Trágico inicio de 2023 por la Violencia de Género: ¿qué está fallando en el sistema español de protección a las mujeres?

El final del 2022 e inicio del 2023 se tiñe de negro en materia de la Violencia machista.

El pasado mes de diciembre fueron asesinadas 11 mujeres a manos de sus parejas o exparejas, en España; de esta manera, se terminó el año 2022 con 49 mujeres víctimas mortales de la Violencia de Género. A esta tragedia, el pasado fin de semana de enero, se suman 2 mujeres asesinadas por Violencia de Género y una todavía en investigación, siendo ya 1.184 muertes desde el 1 de enero de 2003 hasta el día de hoy (Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género).

Sin lugar a dudas, estos datos son altamente alarmantes y preocupantes, pues se trata de un grave problema social y de salud pública; no obstante, estas cifras son la punta del iceberg, el culmen de la Violencia de Género, cuando todo el país se paraliza para lamentar lo ocurrido. Detrás de ello quizás hubo señales de alarma invisibilizadas, gritos de auxilio que no fueron escuchados por parte de las instituciones, denuncias que fueron retiradas por miedo y amenazas y a las que no se les hizo el debido seguimiento, medidas cautelares no suficientes y, en definitiva, un sistema fallido que no está protegiendo a las mujeres.

La Violencia de Género es un problema estructural, perpetrado por el sistema patriarcal que continúa instaurado en nuestra sociedad y sobre el que parece que nadie está actuando, pues diariamente nos seguimos encontrando con casos de mujeres que lidian con todo tipo de barreras para salir adelante, que hacen frente a roles y estereotipos de género que limitan su participación en la ciudadanía. Además, muchas de ellas, migrantes, obligadas a dejar atrás a su familia, su cultura y sus costumbres para conseguir tener una mejor calidad de vida; sin embargo, con lo que se topan es con un país que perpetúa la violencia y las desampara.

No cabe duda de que algo está fallando y se requiere urgentemente un cambio, pues desde hace 20 años, cuando se empezaron a registrar los datos en relación a la Violencia de Género, no se ha reducido de la manera deseada el número de muertes por este tipo de violencia machista.

Cabe mencionar, sin embargo, que España ratificó el Convenio de Estambul en 2014, este afirma que, los Estados deben abstenerse de cometer cualquier acto de violencia contra las mujeres, exigiendo garantías para que las autoridades e instituciones públicas, trabajen de acuerdo a esta obligación. Este convenio también obliga a los Estados a tomar las medidas necesarias para prevenir, investigar, castigar e indemnizar por los actos de violencia contra la mujer.

Observando lo que cada día ocurre a nuestro alrededor, especialmente el diciembre negro que acabamos de vivir en estas fechas tan señaladas, la forma en la que se ha comenzado el año y, teniendo en cuenta los datos estadísticos respecto a las mujeres maltratadas, así como sus hijos e hijas, nos cuesta creer que realmente todas estas medidas que propone el Convenio de Estambul, se estén llevando a cabo o, al menos, se estén poniendo todos los esfuerzos y recursos necesarios para conseguirlo. En esta línea, es posible cuestionarse también dónde están y cómo se están gestionando los fondos del Pacto de Estado destinados a luchar con esta lacra y detener esta trágica escalada de la violencia que estamos viviendo en las últimas semanas.

Si bien es cierto que desde enero del año pasado, el Gobierno viene registrando feminicidios producidos más allá del ámbito de la pareja o ex pareja y computándose dentro de las estadísticas de Violencia de Género, todavía es necesario llevar a cabo un cambio de paradigma social dónde veamos la violencia de género como una violencia sujeta y motivada a la discriminación por género y no vinculada necesariamente a una relación sentimental. En este sentido, es importante empezar a ver la violencia de género como un verdadero problema social que requiere de la implicación y sensibilización de toda la ciudadanía. Esta violencia se da en el entorno privado, se caracteriza principalmente por un aislamiento social de la víctima y un control absoluto sobre la misma y esto el resto de personas debe comprenderlo para poder prestar la ayuda necesaria a la víctima.

Por otra parte, la prevención debe dirigirse más allá de la propia mujer víctima. Muchas veces las opciones son muy limitadas para la misma, por lo que es importante que, como sociedad, estemos concienciados y conozcamos también los recursos existentes que puedan ayudarlas. En el mismo sentido, deben dirigirse campañas de prevención hacia los hombres para que se identifiquen con la problemática y no sean cómplices a través de conductas de silencio o evitativas.

En cuanto a la intervención, se debe revisar y evaluar las medidas existentes. En primer lugar, debe hacerse un estudio sobre las evaluaciones de riesgo efectuadas por la policía ya que es un sistema que desde su inicio no se ha modificado ni adaptado a nuevas necesidades. Se trata de un sistema de valoración que no contempla la violencia efectuada sobre los menores y que evalúa de manera muy leve conductas que pueden ser indicadores de una fuerte violencia y control sobre la víctima. Por otra parte, las órdenes de protección deben ir acompañadas de una suficiencia de recursos humanos para garantizar su efectividad y la seguridad de la víctima. Y, por último, consideramos que es especialmente importante que el sistema no concentre la solución a este tipo de violencia en el sistema judicial, un sistema que depende del principio de presunción de inocencia y la carga de la prueba sobre la víctima para demostrar la culpabilidad del agresor. Todos sabemos, que convivir con la violencia y el perfil de la mayoría de agresores, imposibilita en la mayoría de casos la obtención de pruebas y de demostrar la verdad de los hechos. Bien pues, en este sentido, se considera importante dotar de otros recursos sociales y asistenciales con los que la víctima pueda contar en caso de sufrir Violencia de Género y por circunstancias, no poder denunciarla.

Ante esta realidad, la Asociación Por Ti Mujer comienza el 2023 con un reto, y es el de seguir luchando contra las violencias diarias y las desigualdades que continúan sufriendo las mujeres en nuestro país y paliar las graves consecuencias que provoca todo ello en la salud y el bienestar de las mujeres, acompañándolas en su proceso de reparación y empoderamiento. Para ello, resulta imprescindible seguir fortaleciendo alianzas, continuar incidiendo en los ámbitos públicos y privados para crear una estrategia común y eficiente que actúe frente a la Violencia. Sin olvidarnos de la importancia de la prevención para que no se repitan patrones familiares en la edad adulta, para que se pueda contar con opciones, con oportunidades y sobre todo información, para así romper con la dependencia (emocional y/o económica), con conductas erróneamente normalizadas y, en definitiva, el sistema patriarcal sobre el que perpetúa la violencia machista.

NOS QUEREMOS VIVAS ¡BASTA YA! Exigimos políticas que impliquen cambios reales y un compromiso efectivo en las relaciones de género para erradicar todo tipo de violencia hacia las mujeres.

Si estás viviendo o estás en riesgo de sufrir algún tipo de violencia ya sea, psicológica, física, sexual, institucional, no lo dudes y ponte en contacto con nosotras. Pide ayuda, juntas somos más fuertes.

Autoras: Belén Zurita y Silvia Iglesias, jurista y psicóloga de la Asociación Por Ti Mujer.

Teléfonos: 682907773 – 660745296

Correos: psicologa.portimujer@gmail.comasesoria.portimujer@gmail.com

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