Hoy, 13 de enero, se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra la Depresión. Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que la depresión afecta a alrededor de un 3,8% de la población mundial. Esto significa que, en la actualidad, aproximadamente 280 millones de personas padecen un cuadro depresivo, y más del 75% de las mismas, con bajos ingresos económicos, no recibe tratamiento.
Desde el Centro de Atención Integral a Mujeres Inmigrantes y Víctimas de Violencia de Género de la Asociación Por Ti Mujer, queremos concienciar y sensibilizar, acerca de que cualquier persona puede sufrir este trastorno de Salud Mental, sin distinción de edad, género o nivel socioeconómico. Sin embargo, nos gustaría visibilizar el caso de las mujeres ante esta realidad.
Es imprescindible tener en cuenta que, la depresión no es sinónimo de fragilidad ni de falta de voluntad, la depresión es un trastorno del estado de ánimo multicausal, sobre el cual inciden factores biológicos, psicológicos y sociales. En el caso de las mujeres, las exigencias socio-culturales, los roles y estereotipos de género o la violencia machista a la que están expuestas en la sociedad patriarcal, se traducen en un mayor riesgo de padecer este trastorno. De manera específica, según el análisis de la OMS (2013), las mujeres que han sufrido violencia machista tienen el doble de probabilidades de padecer depresión.
Asimismo, se debe considerar que, ciertas etapas de transición hormonal, como por ejemplo la adolescencia, el embarazo o la menopausia, predispone a un mayor riesgo de depresión, lo cual se agrava al no tener estudios con perspectivas de género que fomenten una intervención especializada.
Conviene señalar que, la depresión interfiere de manera significativa en la vida cotidiana de las personas y afecta a todos los ámbitos de estas, trabajo, ocio, relaciones interpersonales, etc. Entre los síntomas más frecuentes se hallan, sentimientos de tristeza persistentes e intensos, irritabilidad, sentimientos de culpa excesivos, apatía, dificultad para concentrarse, pérdida de energía, pérdida del placer, aislamiento, trastornos del sueño, del apetito y peso, entre otros.
El primer paso es pedir ayuda, no dudes en expresar y comunicar lo que te está sucediendo; NO ESTÁS SOL@, es normal pedir ayuda profesional para que te acompañe en todo el proceso y puedas recuperar tu vida.
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