Por Laura García Guardado
Se da la circunstancia, que entre las cuatro paredes en donde se presentó la obra de Walter Estrada, queda la quietud, la lucha y las reivindicaciones de las mujeres tabaqueras, que en jornadas largas y duras liaban tabaco, al mismo tiempo que conciliaban su vida familiar con sus criaturas en un edificio anexo, el Asilo de la Lactancia fundado en 1878.
Siendo violentadas como mano de obra barata, sometidas a horarios y duras condiciones laborables y siendo las primeras en ser desplazadas al incorporar la maquinaria al sector industrial.Cien años, que nos separan de estas cigarreras, en los que muchas cosas no han cambiado.
“Visibilizar las causas y las consecuencias de la violencia de género para sensibilizar, concienciar y activar a la ciudadanía, siendo la violencia cometida contra las mujeres una vulneración de los derechos humanos fundamentales” son algunos de los objetivos que nos expone Suso López de Humana Fundación Pueblo para Pueblo que se pretenden conseguir con este proyecto en colaboración con el fotógrafo Walter Estrada.
Walter Estrada ha trabajado para las agencias Associated Press y France Press. Actualmente trabaja de forma independiente, principalmente en proyectos a largo plazo: un trabajo personal sobre la violencia contra las mujeres a nivel mundial y uno de carácter grupal sobre personas afectadas de esclerosis múltiple en toda Europa. Entre sus numerosos reconocimientos destacan 3 World Press Photo (2007, 2009 y 2010). Recibió 3 prestigiosas becas: Foro Internacional de Fotorreportaje y Sociedad – Revela’08, la Fundación Alexia 2009 y la Getty Editorial Grant, con las que logró realizar este trabajo que hoy nos acerca más a una realidad que pensamos no es de este mundo, por la crueldad reflejada.
A través de 20 imágenes nos hace un recorrido por la violencia contra las mujeres en Guatemala, República Democrática del Congo, India y Noruega. Países con las tasas más altas de feminicidios, donde el cuerpo de miles de mujeres y niñas son arma de guerra y como contrapunto Noruega, país occidental que pensamos que está exento de esta crueldad infringida contra las mujeres.
“¿Por qué haces este proyecto?”, nos cuenta que le preguntan en varias ocasiones. “Que sea hombre, no quiere decir que no tenga conciencia de que hay que cambiar las cosas. Y las cosas no van a cambiar mientras los hombres no dejen de agredir a las personas”. Visibilizar esas agresiones, con su trabajo, es un primer paso.
La exposición cuenta con la colaboración de la Concejalía de Bienestar Social e Integración del Ayuntamiento de Valencia a través de la sección Mujeres e Igualdad. La concejala de Bienestar Social e Integración, Ana Albert Balaguer, inauguró la mesa.
En la mesa redonda, estuvieron acompañando al fotógrafo, para debatir alrededor de la violencia de género, sus causas, sus efectos y sus consecuencias, representantes de asociaciones reconocidas por su labor y trabajo desempeñado en la ayuda y el apoyo a la mujer: Lucy Polo Castillo, Presidenta de la Red Aminvi y Por Ti Mujer, Ángela Nzambi, en representación de Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Sergio Moratón, Delegado de la Fundación Vicente Ferrer para la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, y Suso López, de Fundación Humana Pueblo para Pueblo.
“Para hablar de la violencia de género en Colombia hay que hablar de la historia del país y de sus desigualdades”. Así comienza Lucy Polo, Presidenta de Por Ti Mujer, a acercarnos la violencia sufrida por las mujeres en Colombia. País sumido desde hace 50 años en un conflicto armado, conflictos internos que han generado violencia y una vulneración de los derechos humanos de las mujeres colombianas.
La violencia sexual generada por esta situación ha provocado que sus cuerpos hayan sido utilizados como arma de guerra, por las guerrillas o los grupos paramilitares.
Cuando en Colombia se habla de violencia de género, se refiere a lo sucedido dentro del contexto del ámbito familiar, público y privado, pero como una violencia más en el ámbito de la política. Esto viene dado porque el término violencia de género no está contemplado en la ley cuando se habla de violencia, siendo calificada como violencia intrafamiliar. Al no estar asumido el concepto tampoco se puede abordar legalmente.
Desde el 2008 han surgido otro tipos de violencia en Colombia, quedando en el tercer lugar por el uso del ácido como método de agresión. En los últimos 10 años, 486 mujeres se han visto violentadas de esta manera, un acto que hasta ahora creíamos como un crimen que solo sucedía en la India; 36.000 feminicidios en los últimos 10 años, 34 defensoras de los Derechos Humanos asesinadas en el 2014, cifras escalofriantes. La Ley 12/57 plantea la importancia de tratar esta violencia ejercida contra la mujer; pero en los últimos años se ha trabajado más en la implantación de las políticas públicas, más en la parte normativa, que en la prevención y protección de las mujeres. De los 5 millones de desplazados en el país, 3 millones son mujeres.
En los años 2011 y 2012, la Asociación Por Ti Mujer, participó en el Proyecto Útero, ayudando, apoyando, curando a 60 mujeres y niñas destruidas internamente, desplazadas por el conflicto armado, en el proceso de recuperación de su autoestima. Violadas por guerrilleros y paramilitares, venían con la idea asumida de ser merecedoras de lo que les había sucedido, silenciando todo lo sufrido por vergüenza.
Desde sus inicios en el 2009, Por Ti Mujer ha estado al lado de las mujeres desplazadas desde Colombia, pues para la sociedad solo se entiende la migración económica, pero detrás de ellas está oculta la migración social y política.
Cuando llegan a España se encuentran con unos derechos, una ley integral que las protege. En su país han aprendido a vivir con la violencia, a normalizarla y teniendo en cuenta que sufren una doble victimización por ser mujer e inmigrante, encontrarse con derechos que las reconocen como ciudadanas de pleno derecho es un impulso de esperanza para una nueva vida.
“Conducir, orientar, empoderar, dar herramientas a las mujeres, es la misión realizada desde Por Ti Mujer”, palabras de una mujer, Lucy Polo, que vive su vida ayudando a otras mujeres.
En el patio de la Tabacalera nos encontramos rodeados de dolor real pero invisible, de dolor que se siente, pero al que la sociedad pretende ser insensible, dolor de mujeres, de niñas… de todas partes del mundo, pues la violencia contra las mujeres es un legado universal de la que los gobiernos, con su pasividad, están siendo cómplices en su perpetuidad.
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